Todo un Caballero

“Agilulfo Emo Bertrandino de los Guildivernos y de los Otros de Corbentraz y Sura, Caballero de Selimpia Citerior y Fez”, respondía él cuando alguien le preguntaba el nombre. Por lo pronto, nos importan dos cosas: una, ya dicha. Era Caballero, en el grande y victorioso ejército de Carlomagno. La segunda, que no existía.

Ése era el Caballero Agilulfo, el Caballero Inexistente.

Uno lee sus batallas, lo acompaña en el entrevero de los caballos que piafan y las lanzas que se parten, lo ve ir y venir entre polvaredas que ciegan, incansable en el campamento, nunca ocioso, uno comprende que el caballero es la imagen viva de lo que había delineado el Código de Caballería. Y sin embargo, todos lo evitan, le tienen encono, nadie le profesa gran estima.

Ella menos que ninguno. Es natural, por cierto.

Agilulfo no era de cuna noble: conquistó con su espada y su armadura el noble título cuando rescató una doncella. El ahora Caballero llegó en el preciso instante en que unos rufianes estaban a punto de mancillar el honor impoluto de Ella. Él es nombrado Caballero, como ya se ha dicho. Ella va a parar a un convento. Del convento la secuestran unos piratas moros. Los moros la venden a un sultán, que la convierte en su esposa y la hace parte de su harén. Once meses pasa a la espera de que el sultán la escoja como compañía nocturna, sin hacer nada, aburrida.

Pero la misma noche en que el sultán por fin la llama a sus alcobas… aparece de nuevo el Caballero y pasa a degüello a los eunucos que guardaban el harén del sultán; a punta de espada se abre camino entre los infieles y la sube a un barco, rumbo al convento, rumbo a la virtud.

Con Caballeros así, tan celosos de sus deberes, tan escrupulosos en el cuidado de la virtud femenina, tan atentos a cualquier daño que ellas puedan recibir, tan caballeros… es habitual, por no decir obligatorio, que ellas favorezcan a hombres menos correctos, menos singulares, un tanto más vulgares, en fin, hombres como Uno.

Comentarios

Ushka ha dicho que…
Querido Griego:

Yo sí le mandé un mail a una dirección que he encontrado en su perfil.

Pero con poco éxito.
El Griego ha dicho que…
Ante todo, sepa que ha ganado un viaje a la Polinesia con todos gastos pagos por diez dias. Premio sopresa al primer seguidor, no publicado en revistas y diarios del país para evitar gente interesada mas en los gimnasios que en la literatura.

Bienvenida.

Y esté atenta a las voces de sus dioses.

Salut!

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